domingo, 17 de junio de 2012

Rua Sesenta



Hay tantos sueños como la vida te permita soñar. 
Sueños largos y luminosos. Sueños en medio de un bosque. Sueños sin salida. Sueños al lado del rio. Sueños rodeados de grandes edificios ruido y mucha gente. Sueños en una montaña respirando aire fresco. Sueños escuchando un M-16 como música de fondo. Sueños simples, sueños pobres, sueños ricos, sueños rotos.
Sueños sin salida al lado de un terreno donde unos pocos afortunados pueden plantar más sueños.
Niños que juegan descalzos a la pelota. Una chiquilla desde la ventana de su casa mira hacia sus sueños y ve jugar a sus amigos, allí donde también deberia estar ella si no le hubiesen rapado la cabeza. Niños que crecieron rodeados de nada o muy poco. Sueños que continuan allí en el mismo lugar, como si el tiempo no hubiera pasado.
Vuelvo al sueño sesenta. Pienso en las personas que hoy viven allí. Pienso en los niños que corretean descazos y las niñas que se suben a los árboles. "Pienso en un piki pega", en un "piki esconde". Pienso en una bolsa de "pipoca doçe", y un "cacho de banana" 
La lluvia de verano continua visitando al sueño sesenta igual que hace sesenta años. Sesenta vidas, sesenta niños, sesenta largos años que con la velocidad de un rayo pasan por delante de tus ojos sin pena ni piedad. Sesenta veranos con sus juegos infantiles. Sesenta canciones populares. Sesenta niños y niñas que hoy a sus sesenta años desean volver al sueño sesenta y jugar hasta que se haga de noche. 

Un deseo para cada uno. Un vestido, un vasito rosa, una pelota, una bicicleta, un recuerdo borrado. Un deseo para cada uno. 
Voy casa por casa arrastrando una carroza llena de trastos. Quieres un hula-hop? Toma, una bicicleta. He venido a abrirte la puerta para que salgas a jugar. Sal a jugar, con sesenta niños que como un coro de risas entonan la vida

Sal a jugar, sal a jugar a la Rua Sesenta...

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